En 2020 Microsoft cambió de «master» a «main» el nombre de la rama por defecto en GitHub porque «master» —dijeron— no era «inclusivo»: el término evocaba el esclavismo y había que cambiarlo a «main», una palabra culturalmente más neutra.
Se me da bien sortear las polémicas, así que acepté el cambio y di la espalda a la tormenta, especialmente cuando arreciaron las voces que pedían rebautizar los conceptos tecnológicos esenciales:
Por aquellos años era «racista» implementar una «lista negra» o modelar una «caja negra» en un sistema. Las bases de datos en configuración «maestro y esclavo» eran supremacismo cultural, los componentes «nativos» ofendían a las comunidades aborígenes, el «webmaster» y el «postmaster» reabrían dolorosas heridas del colonialismo, hablar de «terminales tontos» era irrespetuoso con las personas con discapacidad intelectual, los conectores «macho» y «hembra» discriminaban a las minorías, los ataques MITM («man in the middle») se tornaron técnicas PITM («person in the middle») en aras de la igualdad de género… Hasta el color de los cables en los circuitos eléctricos se veía cuestionada: «¿por qué el negro es la polaridad negativa, eh?»
En la vida a menudo es sano no tener ni idea de nada y simplemente ver la tormenta en silencio, desde el confort del sofá. O dar al mundo la espalda y encerrarse uno en el mundo interior. Por aquel tiempo quedé con una chica en Madrid. Fuimos a tomar algo y a charlar. Había elecciones.
—Tú eres de izquierdas o de derechas —me preguntó.
—Yo soy de centro, de centro comercial. De Carrefour.